Pranayama: ¿Cómo empezar? ¿En que te puede ayudar?

Descubre sus ventajas y como practicarlo.

La vida empieza con una inspiración y termina con una espiración. Eso es así para todas las personas.

Es precisamente la convicción de que cada uno de nosotros tiene de alguna forma un número limitado de inspiraciones y de espiraciones de la que han nacido todas las técnicas de respiración conocidas como pranayama.

Según uno de los textos más importantes de Hatha Yoga, los Yoga Sutras de Patanjali, el pranayama constituye uno de los 8 angas, o sea los estadios del yoga.

Con el término Pranayama no solo se entienden las técnicas de respiración utilizadas en el yoga, sino también las técnicas para poder absorber y controlar el prana, o sea la energía vital. Todo esto con el fin de volver nuestra mente más estable, fuerte, tranquila y, en definitiva, mejor.

 «Prana, significa energía, o soplo vital que llena el universo.»

Según una visión mística se trata de la energía vital que fluye dentro de todo ser vivo y representa entonces nuestra fuente de sustentamiento.

La principal fuente de prana es el aire que respiramos. El prana también es absorbido de alimentos, bebidas (y es por eso que en el yoga tienen mucha importancia la limpieza de nariz y lengua así como la asimilación de alimentos de forma lenta y una respiración controlada y consciente).

El prana es absorbido mediante las mucosas de la nariz, los receptores nerviosos del aparato respiratorio y también gracias a los nervios de la lengua y de la garganta.

La palabra ayama significa «extensión» o «expansión»;  la palabra pranayama significa entonces «extensión o expansión de la dimensión del prana».

En definitiva, es un método para absorber y canalizar la energía vital del cuerpo, mantener nuestra mente estable y alcanzar un nivel superior de consciencia.

Según los Yoga Sutra de Patanjali, el escalón previo al pranayama es la práctica constante de las asanas, o sea de las posturas con el objetivo de preparar el cuerpo para todos los demás estadios del Yoga.

Cuando el cuerpo está bajo control, es fácil fijarse en la respiración: la respiración no es otra cosa que el trámite entre la materialidad del cuerpo y la espiritualidad de la mente.  Cuando aprendemos a controlarla, podemos llegar a un estado de meditación profunda en la cual nuestros sentidos ya no están.

El pranayama es también un método funcional para prevenir muchas enfermedades. Recuerda: el yoga es la mejor forma de prevenir la mayoría de las enfermedades que nos tocan en este mundo tan estresado.

Los beneficios del pranayama son numerosos:

  • Facilita la eliminación de las toxinas.
  • Mejora la circulación de la sangre y linfática.
  • Ayuda los riñones en su acción filtrante.
  • Tonifica el sistema nervioso.
  • Mejora la memoria.
  • Ayuda la digestión.
  • Libera de pensamientos negativos y de los miedos que te paralizan.
  • Purifica los nadis. (Los canales energéticos del cuerpo)
  • Estimula el bazo.
  • Equilibra el sistema glandular.
  • Refuerza el sistema inmune.

¿Por qué funciona el Pranayama?

Hay muchas pruebas empíricas que demuestran como durante la práctica del pranayama las funciones vitales se ven reducidas al mínimo. El corazón bombea la sangre más lentamente (menos en prácticas más enérgicas como kapalabhati) y descansa, y la mente se relaja.

Obviamente si el cuerpo está relajado, la mente no tiene necesidad de gastar energía para mandar impulsos para hacer contraer los músculos y entonces entramos más fácilmente en un estado de paz mental.

El Pranayama funciona porque, durante la práctica:

  • Utilizamos plenamente nuestra capacidad pulmonar, mejorando la oxigenación de todo el cuerpo.
  • Los órganos reciben más oxigeno y sangre y su eficiencia se ve incrementada.
  • Las variaciones de presión en la cavidad torácica se intensifican y eso significa que la circulación de la sangra mejora entre una cavidad y la otra (ya que a más presión más circulación).

Con un poco de entreno en la practica del pranayama, se puede experimentar paz mental, reducción de la tensión, aumento del bienestar general, más orden y disciplina en tus propios comportamientos.

Por eso que la practica de las técnicas de pranayama puede aportarte mejoras muy notables en cada aspecto de tu personalidad.

¿Cómo se respira en el pranayama?

La respiración es un proceso natural que nos acompaña durante toda nuestra existencia:

  • Inspirando asimilamos el oxigeno necesario al mantenimiento del cuerpo.
  • Expirando eliminamos toxinas dañinas para el cuerpo como el dióxido de carbono.

La respiración es un acto involuntario con el cual podemos interactuar: podemos de hecho decidir si queremos respirar de una manera más profunda, más acelerada, más lenta, o incluso parar de respirar durante unos momentos.

Esto sucede porqué existen algunos centros nerviosos que regulan la actividad respiratoria mandando el impulso que permite la espiración y la inspiración.  Utilizando otro tipo de impulso cerebral, podemos inhibir estos procesos involuntarios y decidir como respirar.

Lo más interesante es que todo el mundo puede practicar las técnicas de pranayama. No existe ningún límite físico o de edad que lo impida.

Si estás queriendo empezar con el pranayama, te aconsejo que empieces con el primer paso: lograr la uniformidad de la respiración.

Antes de acercarte al pranayama es importante que tu respiración sea lo más uniforme posible.
Este es un objetivo sencillo y lo puedes lograr dedicando unos minutos de tu tiempo y utilizando un cronómetro.

Los ejercicios de pranayama se ejecutan sentados en posición de meditación; muchas veces no es sencillo mantener esa posición mucho tiempo sin sentir dolor en la columna o en las piernas mismas. Obviamente esto compromete la practica ya que estaríamos pensando en el dolor todo el tiempo…

postura del loto

Encuentra una postura cómoda, incluso con cojines

Si no puedes quedarte en la posición del loto por ejemplo, puedes simplemente sentarte con las piernas cruzadas (utilizando un bloque para sentarte encima) y mantener la espalda lo más recto posible para no percibir ningún dolor durante el tiempo que vas a estar meditando. Igual te puede venir bien utilizar cojines.

Incluso si te molesta muho estar sentado en el suelo, te puedes sentar en una silla y apoyar los pies en el suelo.

En definitiva el factor más importante para que la practica salga bien es conseguir mantenerse en una postura durante mucho tiempo de forma cómoda y relajada. La espalda tiene que estar recta y la cabeza en la misma linea de la columna los hombros y el cuello.

Pequeña práctica de pranayama:

  • Relaja las manos encima de las rodillas.
  • Relaja hombros y cuello.
  • Comienza a fijarte en tu respiración escuchando como el aire entra y sale por tu nariz.
  • No intentes modificar la respiración, simplemente escucha.

Mientras la respiración es relajada enciende el cronómetro y mide cuanto tiempo tardas en respirar 10 veces (lenta y profundamente).

Apunta el tiempo que tardas (la mayoría tarda entre 2 y 5 minutos).

Apenas conseguirás tardar lo mismo cada vez estarás en el primer nivel de pranayama: la uniformidad de la respiración.

Puedes tardar algunos días o semanas, pero cada cual tiene su tiempo, no hay prisa 😉

Muchas personas empiezan a hacer pranayama sin tener la uniformidad de la respiración: no pasa nada, pero si es verdad que teniéndola podrás aprovechar mucho más tu practica.

Bueno, ahora solo te queda empezar no?;)

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